¡Día 1118 de mi vida 'prestada', y el segundo asumiendo la identidad de Tiffany Lars en la soleada Los Ángeles!
Si ayer sentía que había escapado a un paraíso de selfies, hoy confirmo que la vida de Tiffany es, en comparación con la de Cecilia Linares, increíblemente simple. Y, en mi actual estado de "nómada de cuerpos", la simplicidad es un lujo que valoro más que cualquier desfile de moda.
La Rutina de la Estudiante/Influencer (Alejandro la Aprueba):
Aquí está el "diario" de un día promedio como Tiffany:
Mañana Solitaria (y Cansada): Me levanto, lo primero. Desayuno sola. Sus padres son madrugadores y ya están fuera para cuando ella se despereza. Café, algo de fruta, y una sensación de "qué paz, nadie me presiona". Aún no me acostumbro a la cama ajena, pero al menos no hay paparazzi acechando en la ventana.
La Escuela de Enfermería (y el Arte de la Discreción): A las 9:00 AM, entro a la escuela. El ambiente es relajado, lleno de gente joven. Me reúno con sus amigas. Y aquí es donde entra en juego mi habilidad maestra para el "arte de la simulación". No soy Alejandro, no soy Cecilia, soy Tiffany. Y afortunadamente, sus amigas... bueno, digamos que no son las mentes más agudas del planeta.
Con un simple "¿Cómo crees?", un "¡Ajá!" estratégico, o el infalible "¡No me digas!", puedo pasar por Tiffany sin problemas. Asiento, sonrío, y pretendo entender las intrigas de la universidad y los chismorreos sobre los chicos del campus. Es casi como si me hubiera graduado con honores en "Actuación para Evitar Ser Descubierto".
Almuerzo Social (y la Popularidad de Tiffany): Almorzamos juntas, por supuesto. Y aquí es donde se confirma mi teoría: Tiffany es la "bella" del grupo. No solo tiene muchas amigas, sino también una cantidad sorprendente de amigos varones que la rodean constantemente. Y, sinceramente, si yo fuera un chico en esta universidad, también querría ser su amigo. Ella irradia una dulzura y una chispa que son innegables. Incluso yo, atrapado en este cuerpo, puedo sentirlo.
Regreso a Casa (y el Regaño Inminente): Las clases terminan alrededor de las 5:00 PM. Vuelvo a casa, y es entonces cuando empieza la "verdadera" tarea de Tiffany: arreglar su cuarto. ¡Sí! Al parecer, la señorita influencer prefiere dejar el caos matutino para la tarde, y si no lo hace, sus padres son implacables. ¡Regaños asegurados! Parece que ni en Los Ángeles te libras de las tareas del hogar.
El Mundo Digital (y la Desesperación por el Éxito): Una vez que el cuarto está (medianamente) presentable, Tiffany se sumerge en la red. Redes sociales, navegación, y de vez en cuando, si "tiene ganas", sube alguna de esas fotos espectaculares. La realidad es que sí, monetiza, tiene sus seguidores, recibe algunas marcas, pero no tanto como ella quisiera. Hay una frustración palpable en sus recuerdos sobre no poder alcanzar ese nivel de "influencer top" que le permita, como su mayor sueño, abandonar el hogar de sus padres.
Un Espíritu Libre Atrapado en Dos Dimensiones.
Es curioso. Tiffany quiere libertad de sus padres, y yo quiero libertad de este ciclo de saltos. Ambos estamos en una especie de jaula, ella una "jaula de oro" juvenil, yo una jaula de cuerpos ajenos. Ha sido sorprendentemente fácil hacerme pasar por ella. Su vida es predecible, sus interacciones superficiales, y su belleza hace el resto.
Así que aquí sigo, viviendo la vida de una aspirante a influencer, esquivando regaños parentales y lanzando miradas al futuro incierto. ¿Cuánto tiempo más duraré en el cuerpo de Tiffany? ¿Podré, al menos, ayudarla a monetizar un poco más antes de mi próximo (e impredecible) salto?
¿Qué harían ustedes para ayudar a Tiffany a alcanzar su sueño de dejar el nido, sin revelar su secreto? ¡Déjenme sus estrategias de monetización viral en los comentarios!
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